El estado de Texas acudió a una audiencia en un tribunal el martes para defender la colocación de una serie de boyas en el río Bravo para disuadir a las personas de cruzar el río desde México.

Los abogados de Texas argumentaron que las boyas son necesarias para hacer cumplir la seguridad fronteriza.

En la comparecencia que encabezó el juez del Tribunal de Distrito de Estados Unidos, David Alan Ezra, los representantes del gobierno de Greg Abbott señalaron los más de 2.3 millones de encuentros fronterizos en lo que va del año.

Por su parte, el Departamento de Justicia aseguró que Texas no sólo está dañando Estados Unidos al violar la ley federal que rige el río, sino que también está dañando la relación entre Estados Unidos y México y “otros intereses federales de alto nivel”.

Los abogados del gobierno federal argumentaron que el reposicionamiento de las boyas así como su construcción no autorizada enfatizaron por qué el tribunal debe aceptar las solicitudes del Departamento de Justicia.

El gobierno federal ordenó a Texas que eliminara las barreras y presentó una demanda contra el estado cuando Abbott se negó.

Eso llevó el caso a tribunales.

La semana pasada, un análisis del gobierno federal de Estados Unidos reveló que 80% de la barrera flotante se encuentra del lado mexicano de la frontera.

La barrera, ubicada cerca de la ciudad fronteriza de Eagle Pass, Texas, limítrofe con Piedras Negras, Coahuila, generó una atención significativa a nivel nacional e internacional, incluyendo la preocupación expresada por el gobierno mexicano.

Esta estructura ha sido criticada por desviar a los migrantes a partes más profundas del río, aumentando el riesgo de ahogamiento.

Incluso dos personas murieron a causa de las boyas, según confirmaron autoridades mexicanas.

El gobernador de Texas, Greg Abbott, ofreció el lunes pasado una conferencia de prensa para defender la instalación de la valla flotante.

El gobierno de Biden está dormido. No se equivoquen. todos los estados se han convertido en estados fronterizos”, aseguró el mandatario acompañado de otros cuatro gobernantes de su mismo partido.

Afirmó que un total de 14 gobernadores republicanos están de acuerdo con su postura respecto a la migración procedente de México.