El cantante soñaba con hacer un tema para su estado, Tlaxcala, y lo hizo hoy, quiere formar una familia tras su boda con Cynthia Rodríguez y la bendición del papa Francisco.
A Carlos Rivera la sonrisa no se le borra. Está sentado en un elegante sillón color blanco en su nueva casa de Huamantla, Tlaxcala, el lugar que lo vio nacer. Mira por la ventana, donde decenas de fans gritan su nombre, y confiesa:
“Esta zona me recuerda a mí hace 20 años, cuando empezaba a cantar porque yo mismo mandaba a hacer mi publicidad y la pegaba en estas calles; luego cantaba en la casa de cultura que esta aquí al lado”.
Pareciera que lo ha conseguido todo, pero Carlos confiesa que aún tiene un sueño muy especial: ser papá.
Hace poco, su pareja Cynthia Rodríguez confesó, sin dar muchos detalles, que se casaron, pero ahora él habla del momento en que visitaron al papa Francisco, el máximo representante de la iglesia católica, para que bendijera su unión.
“Acabábamos de vivir el momento más importante de nuestras vidas, me hacía especial ilusión porque de lo que se trataba era de bendecir la vida de dos personas que sueñan con hacer una familia y que sueñan con llevar todos esos buenos valores que cada vez se van perdiendo más y ser papás es nuestro mayor sueño”, dice Rivera.
Él fue educado por su abuela como un hombre de fe y ahora quiere heredar esas enseñanzas a sus hijos e incluso a las nuevas generaciones de jóvenes.
“Aquí (en la casa) todo está lleno de vírgenes porque me hace sentir bendecido y me inspira a tratar de ser la mejor persona posible, también trato de llevarlos en mi música para que a toda la gente que la escuche le lleguen todas esas cosas bellas”.
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