Fue la «novia de verdad» de Camilo Sesto y «amor imposible» de Julio Iglesias; el mismísimo José Luis Perales cantó en su cumpleaños; dio de cenar al mexicano Emmanuel y se convirtió en inesperada aliada de Freddie Mercury. Los recuerdos de la argentina Alejandra Capalbo se abren, en entrevista con EFE, 40 años después.
Conocida como ‘Sipi’, esta mujer risueña, hoy dedicada al sector inmobiliario, es un pozo sin fondo de anécdotas de los años en que su padre, Alfredo Capalbo -fallecido en 2014-, era uno de los representantes artísticos más importantes del país suramericano.
«Los representantes de hoy dicen: tu papá fue el papá de todos», afirma.
Hace poco, una fan de Camilo Sesto le envió imágenes de una revista española de finales de los 70 -que ella nunca había visto-, en la que se la ve paseando por Buenos Aires con el cantante, que la denominaba su «novia de verdad».
«En este último viaje descubrí que Sipi había dejado de ser la niña que yo había conocido para encontrarme con esta mujer adorable», afirmaba.
«Nos casaremos posiblemente antes de lo que muchas personas puedan suponer», añadía, convencido de que, aunque le habían «inventado» muchos amores, esa era la «primera vez» que se enamoraba.
Hoy, Alejandra, con 61 años, cuatro hijos y cinco nietos, relativiza esa supuesta relación amorosa y asegura riendo que con Julio Iglesias pasaron «más cosas» que con Camilo, quien falleció en 2019.
«AMOR IMPOSIBLE»
«Fui el amor imposible de Julio», asevera Sipi, que guarda también una imagen de un viejo diario en la que se la ve hablar con él: «Cálida charla», indica el pie de foto.
«Lo adoro, lo quiero mucho, sé muchas cosas de Julio y lo que más gracia me causa es su obsesión de amor hacia conmigo. Me casé con otro, pero Julio quería casarse conmigo», señala hoy.
Y lo compara con Joan Manuel Serrat, con quien Capalbo también trabó estrecha relación. «Eran personas totalmente distintas. Serrat a nivel humano para mí era una maravilla, Julio era divino también», añade.
«Juan Manuel jamás hablaba de ser número uno. Julio trabajó exclusivamente y lo logró, para ser número uno en Estados Unidos. Decía que no iba a parar hasta serlo. Era entrar a un restaurante con Julio y desde la puerta empezaba ‘ah, ah’ (canta) para que todo el mundo se diera vuelta y viera que estaba él», relata.
«Juan Manuel, todo lo contrario. Por ahí le gustaba una mujer de una mesa y estaba con el marido… y no se la iba a ‘sacar’ (quitar) al marido. Julio iba y se ‘la sacaba’. Y las mujeres morían también, eh, ojo, y se iban con él porque querían», sentencia.
La relación entre Iglesias y el representante quebró en 1989, porque, según su hija, Julio incumplió un contrato.
EL NOVIO DE FREDDIE
Uno de los mayores logros de Capalbo fue concretar la primera visita de Queen a Argentina. La negociación se concretó en un viaje a Los Ángeles, en el que, casualmente, alguien le ofreció ver al representante de la banda.
Los cinco recitales que los británicos dieron en Argentina en 1981 son considerados un hito por ser los primeros de esa envergadura en el país. Eran tiempos sin celulares, y Alejandra debió viajar a Nueva York para comprar unas antenas especiales porque el grupo quería comunicarse desde el estadio.
Otra anécdota es el día en que el auto que llevaba al grupo quedó sin combustible en plena autopista. O cuando Freddie vio a su entonces novio paseando en Mar del Plata con otro.
«Ahí se armó la pelea. Vuelven a Buenos Aires después del show y al otro día lo tuve que llevar yo al novio, que yo no hablaba inglés, con una traductora hasta el aeropuerto, porque Freddie lo echó. Mi misión era ver que él despachara las valijas, estar seguros de que no se quedaba en Argentina», rememora.
Queen llegó a entrevistarse con el general Roberto Viola, que estaba a punto de asumir como nuevo presidente de la dictadura (1976-1983).
Consultada por el vínculo que su padre pudo tener con el régimen, Alejandra dice que él «siempre» tuvo relación «con todos los presidentes» del país, democráticos o no. «En ese momento era la dictadura. Pero también estaba la dictadura cuando trajo a Yes. Y perdió fortuna porque los militares estaban en contra», defiende.
La vida «normal» de Sipi era estar rodeada de artistas. Perales cantó en su decimosexto cumpleaños y Emmanuel fue a su casa en Madrid y ella le ofreció fideos recalentados.
«Papá después dijo… ‘¿cómo le vas a decir que le vas a dar fideos que sobraron de anoche?’ y dije ‘¿papá, a mí qué me importa?, ríe.
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