El ring como resistencia migrante: luchadores piden abolición del ICE

En una noche que prometía ser puro espectáculo, lo que terminó robándose la atención en la Arena México no fue un golpe ni una llave, sino una camiseta. En la presentación de All Elite Wrestling en el recinto sagrado de la lucha libre, el estadunidense Brody King se subió al ring con un mensaje que retumbó más allá de las cuerdas: “Abolish ICE”.

Entre quienes no necesitaron traductor para entender lo que estaba en juego, se encontraba Melissa Cervantes, conocida como Thunder Rosa, la gladiadora mexicana que desde hacer varios años cruzó otra frontera: la de la conciencia.

Nacida en Tijuana en 1986, Melissa entendió desde niña que el muro no sólo divide territorios, divide destinos. Fue trabajadora social antes de subir a un ring. En los refugios de California aprendió que las verdaderas peleas no siempre tienen público. De ahí tomó su nombre: Thunder por el refugio que marcó su vocación; Rosa por su madre. Su maquillaje de catrina es memoria viva. Cada línea recuerda al jornalero que no volvió, a la madre que duerme con miedo, al niño que aprendió a esconderse antes que leer.

El miércoles por la noche, Thunder luchó en el encordado y para dar un mensaje.

«Quiero que no pongan estigmas a nuestra comunidad. Son tiempos muy difíciles, pero la violencia no debe ser una herramienta de nadie.  La diversidad enriquece cualquier país y es muy importante que la sigamos teniendo y debemos aspirar a un país donde la libertad sea fundamental y donde cada persona pueda regresar a casa en paz”, declaró Cervantes.

Aunque el récord deportivo de Thunder Rosa impresiona —campeonatos en NWA, AEW, Shine, Tokyo Joshi, Lucha Underground— lo que realmente la separa del resto es su voz. Es una luchadora que habla por los demás y que en tiempos de redadas y detenciones, se ha convertido en un faro para la comunidad migrante en Estados Unidos.

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