En Londres, donde el martes disputa con Italia la primera semifinal de la Eurocopa ante España, Jorginho, nacido en Brasil, pero internacional con la Azzurra desde 2016, intentará demostrar que es un maestro en la combinación de la técnica seña de identidad de su país de origen y una precisión táctica de cirujano.
«Con Jorginho, todo parece fácil. Es indispensable en este equipo, intocable», asegura Marco Verratti, su ‘alter ego’ en el medio del campo italiano, que dio una auténtica lección a los favoritos belgas en cuartos de final (2-1).
Contra España, el equipo que reina en la posesión del balón (una media del 67%), Jorginho y Verratti seguramente tengan menos opciones de tocar el balón. Pero la calidad prima en ellos sobre la cantidad.
Jorginho sabe aunar a la perfección la técnica impresa en su ADN futbolístico como brasileño de nacimiento y la efectividad táctica fruto de su nacionalidad italiana, conseguida gracias a un antepasado de la región de Vincenza.
Como en el Chelsea, donde su dupla con el francés N’Golo Kanté guió al equipo de Stamford Bridge al título en la Champions League ante el Manchester City (1-0), el mediocampista de 29 años es un incansable trabajador en la sombra para Italia, un hombre que no acapara muchos titulares, pero que es de capital importancia para sostener el armazón diseñado por Roberto Mancini.
La prueba es que es uno de los dos únicos jugadores de campo en haber disputado los cinco partidos de Italia en la Eurocopa. El otro es Leonardo Bonucci.
Comments are closed.