Claves para cuidar tu corazón y evitar infartos

EL 31% del total de las muertes que se producen en España están causadas por
enfermedades cardiovasculares. Aunque no existe una fórmula mágica, sí hay pautas que te pueden ayudar a prevenirlo. ¿Las conoces?

Duerme del lado izquierdo

Dormir sobre el lado izquierdo favorece el drenaje linfático y ayuda a que el corazón bombee con más facilidad. Además, recuerda que dormir mal acarrea nervios, cansancio e irritabilidad, pero también aumenta el riesgo de padecer un ataque al corazón. De hecho, las personas con problemas para conciliar el sueño tienen un 45% más de posibilidades de sufrir un infarto. Por ello, lo mejor es seguir unos horarios regulares y evitar cenas copiosas.

Come 3 piezas de fruta al día

Si a las dos frutas al día que tienes que comer obligatoriamente le sumas una tercera, reduces un 15% el riesgo de sufrir un infarto. Y, si además, le sumas otra pieza, un 15% menos. Esto se debe a que la fruta es cardioprotectora por su riqueza en potasio, fibra, ácido fólico, antioxidantes y fitoquímicos. ¿Las mejores? Las naranjas, que ayudan a reducir la presión sanguínea y las frutas del bosque, que reducen el colesterol malo y aumentan los niveles de óxido nítrico, una molécula que hace que los vasos sanguíneos se relajen.

Cambia el café por el té

Si eres fan del té, ya sea verde, rojo, negro… debes saber que, además, es tu aliado estrella para cuidar tu corazón. Y es que las personas que toman una taza de té al día tienen un 35% menos de posibilidades de sufrir enfermedades cardiovasculares, ya que esta bebida previene los depósitos de calcio en en las arterias. Eso sí, tómalo siempre sin azúcar.

Pescado azul: 2 veces por semana

Los ácidos grasos Omega 3 son fundamentales para prevenir las enfermedades del corazón, dado que tienen la capacidad de disminuir la coagulación de la sangre y bajar el colesterol y la presión arterial. Estos se encuentran en grandes cantidades en los pescados azules, como el atún, el salmón, la sardina, la caballa… No son negociables las dos raciones por semana.

Presume (mucho) de sonrisa

Cuidar tus dientes y encías es imprescindible para evitar que las bacterias que hay en tu boca acaben llegando al corazón y lo dañen. De esta forma, una infección de encías (gingivitis) que no se resuelve pronto, puede derivar en una periodontitis y llegar incluso a afectar a la circulación. Por tanto, cepíllate los dientes tres veces al día, utiliza siempre colutorio y acude al dentista cada seis meses.

Olvídate de hacer horas extra

Está demostrado que excederse en la cantidad de horas que dedicamos a trabajar perjudica gravemente la salud cardiovascular a largo plazo. Así, superar las 46 horas de trabajo semanales aumenta el riesgo de sufrir un ataque al corazón o una angina de pecho. Además, el estrés, la rabia o la tristeza también pueden pasar factura al corazón más sano. Por ello, evita en la medida de lo posible situaciones que te alteren y busca la forma de relajarte.

Controla la sal

Si quieres cuidar tu corazón debes tener mucho cuidado con la sal que consumes a diario. Pero ojo, porque no se trata solo de renunciar al salero, también hay muchos alimentos que consumes a diario que contienen grandes cantidades y quizás no lo sabes. ¿Un consejo? Antes de comprar, lee siempre las etiquetas de los alimentos, verás que hay sal en lugares inesperados, como en el jugo de tomate o las verduras enlatadas. Si tiene menos de 140 mg de sodio por porción se considera que su contenido es bajo, si tiene entre 140 y 400 mg por porción es moderado y, si tiene más de 400 mg, por porción es alto.

Deja de fumar

El tabaco perjudica gravemente la salud del corazón. De hecho, si se deja de fumar, en solo un año se reduce a la mitad el riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular. ¿Otro dato? Fumar un solo cigarrillo al día incrementa en un 40% el riesgo de infarto comparado con las personas que no fuman.

Camina 30 minutos todos los días

Caminar permite aumentar el ritmo cardiaco, ayuda a la circulación de la sangre y mejora la capacidad de respiración. Además, es una actividad física apta para todo el mundo y no hace falta dedicarle mucho tiempo. Basta con 30 minutos al día unas tres o cuatro veces por semana para fortalecer el corazón y reducir el riesgo de sufrir un accidente cardiovascular.

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