Una joven de 17 años fue atacada este miércoles con ácido por dos agresores en Nueva Delhi, causándole graves heridas en el rostro y provocando las denuncias de activistas, que reclaman controles más estrictos de estas sustancias mientras la India registra decenas de estos ataques al año contra mujeres.
Dos asaltantes que viajaban en una motocicleta arrojaron un chorro de ácido contra la joven en la zona de Dwarka, en el oeste de la capital india, denunció la gubernamental Comisión de la Mujer de Nueva Delhi en un comunicado.
«La Comisión ha sido informada de que la joven se dirigía a la escuela cuando los dos hombres en moto le arrojaron ácido. La joven se encuentra actualmente internada en el hospital con pronóstico grave», añadió el organismo.
Swati Maliwal, la directora de la comisión, lamentó en Twitter que es «realmente doloroso verla en esta condición» antes de explicar que, según la familia de la víctima, el ácido se vende abiertamente en la zona.
Maliwal denunció que estas sustancias «son tan comunes como las verduras» en las calles de la capital.
En un vídeo de seguridad compartido por la directora se observa cómo los motoristas rocían con ácido a la víctima sin tan siquiera detenerse, en medio de una calle transitada.
La venta de ácido sin ningún tipo de controles se encuentra prohibida en el país asiático desde 2013, debido a la labor de activistas para regular esta sustancia utilizada ocasionalmente en ataques, pero continúa siendo accesible según la Comisión de la Mujer de Nueva Delhi.
Tras una sentencia del Tribunal Supremo que endureció las penas e impuso restricciones al uso del ácido, el país comenzó a contabilizar el número de este tipo de ataques en 2013.
Ese año se registraron 309 denuncias mientras que en 2021 se contabilizaron 176, 102 de ellas específicamente contra mujeres, según la Agencia Nacional india de Registro de Crímenes (NCRB).
Según la fundación Chhanv, especializada en este tipo de ataques, cuando un hombre arroja ácido a una joven, normalmente alguien de su entorno familiar o conocido, su objetivo no es matarla sino destrozar para siempre su vida, debido a las cicatrices que crea en el cuerpo de las víctimas.
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