Un nuevo sismo de magnitud 6 sacudió este martes el centro de Japón, según la agencia meteorológica japonea (JMA), aunque no se emitió ninguna alerta de tsunami. El terremoto se produjo frente a la costa del mar de Japón y sacudió la misma zona donde otro temblor el día de Año Nuevo dejó casi 200 muertos y causó amplias destrucciones.
Japón experimenta cientos de terremotos cada año, pero la mayoría no causa daños debido a los estrictos estándares de construcción vigentes desde hace más de cuatro décadas. Las autoridades japonesas revisaron el martes a la baja el número de desaparecidos por el terremoto del 1 de enero, al tiempo que el balance de muertos subió a 180.
Cifras divulgadas por las autoridades regionales de Ishikawa (centro) indicaron que 120 personas seguían desaparecidas, mientras 180 fueron confirmadas como muertas, por encima de 168 la noche anterior.
El lunes habían más que triplicado el número de desaparecidos a 323, tras actualizar las bases de datos centrales, en su mayoría en la ciudad de Wajima. Pero posteriormente, «varias familias nos hicieron saber que pudieron confirmar que personas» en la lista estaban a salvo, indicó Hayato Yachi, de la prefectura de Ishikawa.
El sismo de magnitud 7.5 destruyó edificios, causó incendios y derribó infraestructuras en la península de Noto, en la isla principal de Honshu, coincidiendo con la celebración del Año Nuevo. Ocho días después, miles de rescatistas se enfrentaban el martes a caminos bloqueados y el mal tiempo para despejar los restos y alcanzar a las casi 3 mil 500 personas atrapadas en comunidades aisladas.
Casi 30 mil personas se alojan en refugios gubernamentales, algunos sin suficiente comida, agua y calefacción. Además, cerca de 60 mil casas están sin agua y 15 mil 600 no tienen electricidad. El primer ministro, Fumio Kishida, instruyó el martes a su gabinete a «realizar esfuerzos por resolver el aislamiento (de comunidades) y continuar las actividades de rescate».
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