Más del 40% de las españolas sufre irritaciones en el rostro por el uso constante de la mascarilla. Y es que la falta de oxigenación, el sudor y el roce dan lugar a la aparición de rojeces, sequedad, dermatitis, rosácea y, sobre todo, acné. Esto ha dado lugar a un nuevo término, el mascné. Te contamos todo lo que tienes que saber para evitarlo (o solucionarlo de una vez por todas). ¡Apunta!
¿Por qué se produce?
Las mascarillas generan acné porque no permiten la correcta transpiración. Provocan una oclusión del poro y del orificio de salida de la glándula sebácea. Además, se acumula un mayor número de toxinas y se genera una vasodilatación e inflamación cutánea.
Esto se agrava todavía más si utilizamos la misma mascarilla un día tras otro, ya que se crea un microambiente propicio para que las bacterias prosperen, favoreciendo la aparición de puntos negros, comedones y granos internos. Por ello, una de las mejores cosas que se puede hacer para evitarlo es, sin duda, cambiar a menudo la mascarilla y lavarla regularmente con un detergente antibacterias (libre de fragancias). Pero además de eso… ¡Apunta estos consejos!
Los básicos no fallan
Limpiar, exfoliar e hidratar. Estos son los tres mandamientos clave para prevenir y tratar el mascné, ya que con ellos conseguirás descongestionar los poros, eliminar por completo la suciedad y mantener la barrera natural de la piel intacta. Lo ideal es que te laves la cara dos veces al día y complementes con un exfoliante químico por las noches un par de veces por semana. Por último, usa una crema hidratante suave a diario para proteger la dermis y no desencadenar una sobreproducción de grasa que puede acabar provocando más acné.
Mejor prevenir
Para evitar las irritaciones y rojeces que se producen con la fricción de la mascarilla, un buen truco es aplicar un poco de vaselina pura en la zona de roce para que haga de barrera. En cuanto al resto de males provocados por el continuo vaho en el rostro, los vaporizadores de agua termal o ionizada serán tus mejores aliados. Estos últimos contienen iones negativos que atrapan las bacterias e impurezas contaminantes y las expulsan.
Cuidado con el maquillaje
La mascarilla tapa prácticamente la mitad de la cara, así que al menos evita aplicarte por ahora base y corrector. Cuantos más productos innecesarios apliques sobre tu piel, mayores son las probabilidades de que se obstruyan los poros y salgan imperfecciones. Lo más recomendable es usar cosméticos muy suaves, como los comedogénicos, que ayudan a regular el sebo de la piel.
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