El casi monólogo de tres minutos con 22 segundos de un sujeto con su esposa en que defiende tener amantes bajo el argumento de que es para hacer perdurar su relación, se ha viralizado en video en las redes sociales.
El día que un hombre engañe a una mujer, ya vale greña todo”, dice la mujer, apelando a que en una relación es un asunto de dos.
No”, le ataja el marido. “Estás mal, hermosa”.
El marido le precisa que un hombre puede engañar a una mujer, pero eso no quiere decir que por ello, “no te quiera”.
La esposa le interrumpe para decir que esa psicología no va con ella.
No me metas esa psicología a mí, No me la armes”, le expone la esposa
Es un resbalón, hermosa”, le aclara su pareja. “Es un resbalón que tenemos los hombres”, le insiste.
Si yo te engaño con una mujer no quiere decir que no te quiera”, le asegura. “¿Qué tal si lo hice pedo o borracho? Agarra el rollo, no estaba en mis cinco sentidos, cuando menos pensé ya me levanté con otra mujer. Eso no quiere decir que no te quiera. ¡Estás loca!”.
La mujer le subraya: “¿Y tú crees que yo te voy a perdonar eso?”.
Sí, hermosa, lo tienes que superar, poco a poco lo tienes que asimilar”, responde pregonando su machismo.
¿Y si te cambio la tortilla, yo?”, le pregunta la dama visiblemente molesta.
Cambiala, cambiala. Como tú quieras, pero es lo que te estoy diciendo”.
Otra mujer interviene en la conversación y le pregunta al sujeto. “¿Vas a superar tú, eso?”.
Sí, Ceci, sí lo supero. Jálate”. Y le dice a su mujer que “hasta con dos te puedes aventar el tiro. Por mí, no hay pedo. De eso pido mi limosna, ni que tuviera tanta suerte. Ojalá me engañaras”.
La esposa le advierte que se va a convertir en “su sombra”.
El tipo le dice al conductor, que por el tono, parece una persona conocida. “Ese es el problema. Con eso me amenaza: yo la puedo engañar, pero ella nunca me va a dejar”.
Nuevamente se dirige a su cónyuge. “Hermosa, si yo te engaño no quiere decir que yo no te quiera”.
Presume su conocimiento sobre las mujeres. “Todas las mujeres piensan lo mismo: ay, me engañó, lo odio y lo dejo. No, señorita, usted tiene que aguantar”.
En sus argumentos sobresale que pudo ser víctima de un engaño…
A ver, que tal si me emborracharon, qué tal si fui a un cotorreo y me echaron algo en la bebida”.
Sin embargo, reconoce que sí sostiene una relación en sus cinco sentidos, “ahí, ya cambia la cosa. Ahí sí te puedo decir: Sabes que mi amor, no te quiero, por eso te engañé, pero no se vale, borracho, no se vale”.
¿Acaso no los borrachos y los niños dicen la verdad?”, vuelve a preguntar la mujer.
“Sí, hermosa, pero ustedes las mujeres deben de entender que uno cuando sale a cotorrear, a aventarse una cana al aire, es cotorreo, es distracción. ¿Me entiendes? Es quererlas más. Yo te quiero más a ti cuando te engaño, ¿por qué? ¿Por qué te tengo que engañar? Porque quiero que nuestra relación perdure muchos años más. Si yo nomás me quedo contigo me voy a enfadar”.
Cuestiona al conocido. “Si todos los días como pescado me voy a enfadar, ¿cierto?”.
Claro”, responde.
Si todos los días te tomas un jugo de naranja, va a llegar un momento en que no lo vas a querer. No, yo quiero un agua natural, quiero una Coca Cola”.
Si yo como todos los días a mi vieja, me voy a enfadar”. ejemplifica.
Le recuerda que tienen diez años de relación y bien pueden durar otros diez más.
¿Por qué crees que no te soporto? ¿Por qué crees que me aviento una cana al aire”, le puntualiza.
No hermosa, cuando usted me vea con una vieja, usted lo que debe de hacer es: ‘Bravo mi amor’. Así, mijo, diviértase, me gusta verlo feliz. Me merezco eso, trabajo un chingo”.
Se pregunta cuándo va a disfrutar de la vida si ya está viejo a sus 39 años.
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