Los alimentos fritos elevan el riesgo de sufrir graves episodios cardiovasculares

La verdad crujiente: peligros ocultos de los fritos para tu salud

Comer alimentos fritos no debe ser un hábito regular en tu dieta. 

Los alimentos fritos se han convertido en una opción popular para satisfacer los antojos y disfrutar de comidas deliciosas y crujientes. Ya sea unas patatas fritas o unas croquetas, los fritos se han convertido en un placer universal.

Sin embargo, lo que muchos no saben es que estos alimentos pueden suponer un peligro para la salud. El proceso de fritura se realiza en aceite a temperaturas muy altas, un proceso muy agresivo que afecta a la composición de los alimentos.

Es evidente que siempre será mejor optar por un plato de verdura antes que un plato de pollo frito, pero no es siempre lo que más nos apetece

Una nueva investigación a cargo de expertos del Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Shenzhen (China) concluye que una dieta alta en frituras aumenta significativamente el riesgo de sufrir episodios cardiovasculares graves, como ataques al corazón o ictus. Además, ese riesgo aumenta de manera exponencial con cada incremento semanal de apenas 114 gramos de alimentos fritos.

Existía la creencia más o menos asentada de que los hábitos alimenticios occidentales no ayudan a mantener una buena salud cardiovascular, pero, hasta ahora, no estaba claro cómo afecta exactamente la ingesta de frituras.

En este sentido, los investigadores de la institución china constataron que, frente a la categoría de consumo semanal de comida frita más baja, el riesgo de sufrir un episodio cardiovascular grave en la más alta aumentó el 28%, mientras que el riesgo respecto a enfermedad coronaria e insuficiencia cardíaca subió el 22 y el 37 %, respectivamente.

¿Cómo afectan a mi salud?

Las frituras de los alimentos se realizan en aceite, que tienen un componente calórico muy elevado que se absorbe durante la cocción. Esto aumenta su contenido calórico y las grasas. Por ello, comer fritos de manera habitual supone un peligro que puede contribuir a un aumento de peso a desarrollar enfermedades como sobrepeso, obesidad o diabetes tipo 2.

Como ya hemos dicho antes, cuando los alimentos se fríen a altas temperaturas, se pueden formar compuestos químicos dañinos debido a la reacción entre los aceites y las proteínas o carbohidratos que están presentes en los alimentos. Estos han llegado a relacionarse con un mayor riesgo de padecer cáncer. 

Las vitaminas de los alimentos se disuelven en la grasa de la fritura, perdiéndose en el aceite. Esto supone que no lleguen al organismo y su consumo no sea nutritivo.

Los alimentos fritos a menudo contienen altas cantidades de grasas trans, conocidas por aumentar el colesterol malo (LDL) y reducir el colesterol bueno (HDL) en nuestro cuerpo. Esto puede conducir a un mayor riesgo a desarrollar enfermedades cardíacas, sufrir una obstrucción de las arterias y otros problemas de salud. 

Por ello la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que la ingesta de grasas trans sea inferior del 1% de la “ingesta calórica total, lo que se traduce en menos de 2,2 g/día en un régimen alimentario de 2.000 calorías.”

También tienen impacto en el sistema cardiovascular. Las grasas saturadas presentes en los fritos pueden llegar a aumentar la inflamación en el cuerpo, que contribuye al de enfermedades del corazón, hipertensión arterial y accidentes cerebrovasculares.

También puedes optar por las freidoras de aire. Estos aparatos ayudan a cocinar los alimentos casi sin grasa.

Pero lo mejor que puedes hacer es cambiar tu forma de comer. Esto no implica dejar de lado completamente estos alimentos, pero si reducir su consumo a una o dos veces en pequeñas cantidades durante la semana.

Recuerda que una alimentación equilibrada y consciente es fundamental para mantener una buena salud a largo plazo. 

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