Lana Del Rey no es una desconocida para el público mexicano y su presentación de ayer en el Foro Sol dejó algo muy claro: no sólo es una cantante, también una artista que ocupa todos los elementos que tiene a la mano para crear una experiencia difícil de olvidar.
21:09 horas y como si fuera un número de suerte, se apagaron las luces del inmueble ocupado por 65 mil personas que la recibieron con gritos y aplausos después de seis años de ausencia.
Dios los bendiga, Ciudad de México”, fue el mensaje, en español que apareció en las pantallas durante la introducción.
De un costado del escenario y vestida de novia, apareció Lana, acompañada de cuatro bailarinas y tres coristas (con una voz espectacular) que completaron el combo para arrancar la velada con las canciones A&W y Young and Beautiful.
Un escenario de fondo negro con pequeñas luces que brillaron como estrellas, la tela del vestido de Lana volando hacia atrás y cubriendo a sus bailarines, mientras el olor a mariguana recorrió una parte del recinto, dio ese toque particular al show.
¿Es esto un sueño?”, preguntó la cantante a su público. “Estoy feliz regresar a la Ciudad de México”, agregó.
La ovación del público apareció al descubrir que Bartender fue la continuación del show. Aquellos fans más clavados siguieron cada una de las palabras de la composición mientras disfrutaron de la versión acústica que Lana ejecutó mientras se sentó en una mesa y simuló estar en un rincón bohemio con velas y flores.
¡Lana!, ¡Lana!, ¡Lana!”, se escuchaba entre el público que le arrancó una sonrisa a la neoyorquina, quien con Chemtrails Over the Country Club proyectó montañas nevadas, un mar con un faro y una playa en la pantalla. Mientras tanto.ella no perdió la oportunidad de ofrecer a su gente no sólo un concierto, sino también una puesta en escena, casi como si fuera una película pensada por el cineasta Peter Greenaway. “Muchas gracias, chicos”, remató.
Sin exagerar, Lana no sólo dio un concierto, porque cada una de sus canciones se convirtió en la escena de una historia que se contó con las rolas, los colores que eligió para la iluminación y cada uno de los elementos colocados en el escenario.
Así tomaron vida The Grants, acompañada de las coristas que dejaron oír la potencia de sus voces. Hope Is a Dangerous Thing for a Woman Like Me to Have – But I Have It explotó la sensualidad no sólo de las bailarinas y Lana, sino del público se meció en su lugar mientras explosiones de color estallaron en la pantalla central.
Acostada en el piso junto a sus bailarinas y con una cámara haciendo una toma cenital, Lana Del Rey hizo recordar varias de esas actuaciones dramáticas que ejecutaron Madonna o Lady Gaga hace unos años. Pero la neoyorquina simplemente dio vida a la historia de esa novia que lucía con Pretty When I Cry.
Un video compilatorio de de la cantante con sus clips y presentaciones anteriores, acompañado de un breve monólogo, fue el preámbulo de Ride, y sí, fue todo un viaje que llevó al público por una carretera en moto con la voz de Lana repitiendo I just ride.
Stand By Your Man fue una de las sorpresas de la noche. La canción country atrapó a los fans que la escucharon con atención al mismo tiempo que Lana les presentaba a Tammy Wynette, autora original del tema y cuya dedicatoria seguro llegó a la memoria de ésta artista fallecida en 1998 y considera de las mejores voces femeninas en la historia.
Lana no perdió la oportunidad de apapachar a sus seguidores: mientras en Blue Jeans sus bailarinas se movieron a contra luz de las telas, dejando ver sólo su misteriosa silueta, en Norman Fucking Rockwell se sentó a cantar el sobre el piano que colocaron a lo alto y en medio del escenario, desde donde se encendieron los celulares de la gente que siguió cantando con ella hasta Arcadia.
Para seguir en el mismo tono, Lana dio a su público una dosis más de este ritual con una introducción que emocionó a sus fans: Ultraviolence, el tema sobre la violencia doméstica y cuyo concepto y nombre encumbró su tercer álbum. El tema se hiciera presente en las bocinas del Foro, seguido de Cherry.
Y, ¿por qué no?, se tomó unos minutos para bajar del escenario, acercarse a los fans que estaban hasta adelante, tomar una bandera de México y dejar que ellos le tomaran foto y les regalara una selfie que vivirá siempre como tesoro en sus teléfonos.
Sus seguidores, por supuesto al ver lo que hizo no dudaron en cantarle “Lana, hermana, ya eres mexicana”. Así llegarom Born To Die, Diet Mountain Dew y Summertime Sadness.
Es increíble. ¿Se están divirtiendo? Pero el ritual de amor no podía terminar sin Video Games, Cinnamon Girl y Get Free, que agregó en el último momento, y Ocean Blvd. Menos de dos horas de pura pasión por Lana del Rey.
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