“El que tenga que estar, si yo voy a estar, estaré, lo que Dios diga, no pasa nada” respondió Angel Vargas, párroco de la iglesia “Santa Cruz” de Madero, Tamaulipas al ser cuestionado sobre la responsabilidad por la muerte de doce feligreses y las lesiones de otras 60 después de desplomarse la losa.
Vargas estuvo bajo refugio por espacio de seis días debido a que su estado mental y de salud física era de cuidado.
A una semana de la lamentable tragedia el sacerdote regresó a su parroquia que se localiza en la colonia Unidad Nacional, en el sur del estado al convocar a la población a llevar un sirio pascual y realizar una plegaria por los difuntos y lesionados.
Medios de comunicación locales preguntaron al sacerdote si había alguna responsabilidad.
- “Yo creo que todos somos responsables de todo, ¿no?, a final de cuentas en la vida no?, pero los accidentes son accidentes”.
- “Hay accidentes con mayor responsabilidad, dependiendo”.
- ¿Si tiene que estar en el banquillo de los acusados ante la justicia? preguntaron a rajatabla.
- “Puedes estar tu, puedo estar yo, puede estar quien tenga que estar, yo creo que aquí no hay distinción de nada” respondió.
- Y agregó: “el que tenga que estar, si yo voy a estar, estaré, es lo que Dios diga no pasa nada”.
Se instaló un altar en la zona del desastre
El evento religioso se realizó por la tarde en el pequeño altar.
No hemos querido nada más que paz. Entendemos que la oración es fuente de paz y todos necesitamos hay personas que no, algunas personas buscan confrontación pero en general las gentes que están dolidas por esto buscan paz”.
El padre agradeció el apoyo de la gente y de los mismos familiares de las víctimas.
Por el momento la fiscalía general del estado sigue los trabajos y durante la semana que pasó llamó a testigos para declarar en la carpeta de investigación
Las autoridades de salud han reportado que a la fecha hay cinco internados pues una mujer de 75 años fue dada de alta.
En tanto hay otra anciana de 77 años hospitalizada al presentar una fractura de maxilar izquierda y quinto dedo de la falange, un masculino de 30 años que se recupera de una operación de tibia y peroné derecho, una dama de 40 años en condición estable, mientras que una niña de diez años es reportada delicada y se le sometió a cirugía con la esperanza de salvarle la vida.
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