Las personas que tienen autismo o también llamado Trastorno del Espectro Autista, por lo general tienen problemas para comunicarse y la interacción social.
El autismo y el Síndrome de Asperger son temas que han capturado el interés de la comunidad médica y del público en general durante las últimas décadas. A menudo envueltos en mitos y malentendidos, estos trastornos del espectro autista (TEA) son objeto de numerosos estudios e investigaciones.
El diagnóstico y la comprensión del autismo han evolucionado significativamente con el tiempo. Anteriormente considerado un único trastorno, ahora se reconoce como un espectro, lo que significa que su manifestación varía ampliamente de una persona a otra. Te contamos por qué hay una relación entre el TEA y el Síndrome de Asperger.
La Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) aprobó en diciembre de 2007 el designar el 2 de abril de cada año como el Día Mundial de Concientización sobre el Autismo, con el objetivo de aumentar la conciencia pública sobre este trastorno.
El Trastorno del Espectro Autista (TEA) es una afección relacionada con el desarrollo del cerebro que afecta la manera en la que una persona percibe y socializa con otras, lo que causa problemas en la interacción social y la comunicación, así como a la flexibilidad del pensamiento y la conducta.
¿Qué es el autismo y cuáles son sus síntomas?
El autismo, o trastorno del espectro autista (TEA), es una condición neurológica y de desarrollo que comienza en la infancia y continúa durante toda la vida. Afecta cómo una persona percibe el mundo y se comunica con los demás, provocando desafíos en la interacción social, la comunicación verbal y no verbal, y patrones de comportamiento restringidos y repetitivos.
Aunque las causas exactas del autismo aún son objeto de investigación, se cree que una combinación de factores genéticos y ambientales juega un papel crucial en su desarrollo. Es importante señalar que el autismo es un espectro, lo que significa que la gravedad y las manifestaciones varían ampliamente entre las personas afectadas.
Los síntomas del autismo pueden variar significativamente, pero generalmente incluyen dificultades en la interacción social y la comunicación, intereses limitados o intensos en actividades específicas, y comportamientos repetitivos.
Algunas personas con autismo pueden tener dificultades para entender las emociones y pensamientos de los demás, lo que afecta su capacidad para expresarse y relacionarse con otros. Los síntomas suelen ser visibles desde los primeros años de vida, y aunque varían en severidad, tienen un impacto significativo en la vida diaria de la persona.
Estos son los síntomas del autismo:
- Dificultades en la interacción social, incluyendo problemas para entender y mantener el contacto visual, expresiones faciales, y gestos.
- Comportamientos repetitivos o estereotipados, como mover las manos, balancearse, o alinear objetos de manera meticulosa.
- Resistencia a los cambios en la rutina o el ambiente, lo que puede resultar en angustia o dificultades.
- Intereses intensos o fijaciones en temas específicos, a menudo con un enfoque exclusivo en detalles particulares.
- Dificultades con la comunicación verbal y no verbal, incluyendo retrasos en el desarrollo del habla o la incapacidad para mantener conversaciones.
- Respuestas inusuales a sensaciones como sonidos, luces, texturas, o temperaturas, pudiendo ser hipersensibles o insensibles.
- Dificultades para entender los sentimientos de los demás, lo que puede llevar a desafíos en formar y mantener relaciones.
El TEA es un trastorno de origen neurobiológico que daña la configuración del sistema nervioso y el funcionamiento cerebral. El autismo es un espectro de trastornos caracterizados por graves déficits del desarrollo, permanentes y profundos. La incidencia es de unos 60 casos por cada 10 mil niños.
Los Trastornos del Espectro Autista no tienen una única causa conocida. Considerando la complejidad del trastorno y el hecho de que los síntomas y la gravedad varían, probablemente haya muchas causas, aunque la genética y el medio ambiente pueden influir.
Cerca del 1% de los niños en México presenta esta condición, es decir, alrededor de 400 mil tienen autismo. El índice de este trastorno en todas las regiones del mundo también es alto y la falta de comprensión e inclusión por parte de algunos sectores produce fuertes repercusiones sobre las personas, sus familias y las comunidades.
Al día de hoy no hay cura ni existe un tratamiento único para todos los pacientes. El objetivo de cada tratamiento es maximizar la capacidad de la persona con esta condición para poder desempeñarse socialmente al reducir los síntomas del trastorno del espectro autista, respaldando su desarrollo y el aprendizaje.
¿Qué es el Síndrome de Asperger y cuáles son sus síntomas?
El Síndrome de Asperger es una forma de autismo que se encuentra en el extremo más leve del espectro. Las personas con Síndrome de Asperger suelen tener dificultades con la interacción social y pueden mostrar intereses intensos en áreas específicas, junto con deseos de rutina y orden.
A diferencia de otras formas de autismo, no suelen presentar retrasos significativos en el desarrollo del lenguaje o las habilidades cognitivas. De hecho, muchas personas con Síndrome de Asperger tienen una inteligencia promedio o superior al promedio, aunque pueden luchar con la empatía y la comprensión social
Los individuos con Síndrome de Asperger pueden mostrar varios síntomas, como dificultades en la interacción social, una gama limitada de intereses, o comportamientos repetitivos.
A menudo tienen un estilo de habla característico y pueden no captar las señales sociales convencionales, como el lenguaje corporal o las expresiones faciales. Aunque tienen una capacidad intelectual promedio o superior, pueden enfrentar desafíos con la empatía y la teoría de la mente (la capacidad de comprender los pensamientos y sentimientos de otros).
Estos son los síntomas del Síndrome de Asperger:
- Dificultades significativas en la interacción social, a menudo debido a un entendimiento limitado de las convenciones sociales y las señales no verbales.
- Intereses intensos y a menudo muy específicos, con una gran cantidad de conocimiento en áreas particulares.
- Conversaciones que tienden a centrarse en sus intereses propios, con dificultad para reconocer los intereses de los demás.
- Comportamientos repetitivos y rutinas que buscan orden y previsibilidad.
- Estilo de habla único, que puede incluir un tono monótono, formalidad, o un ritmo inusual al hablar.
- Dificultades con la coordinación motora y las habilidades motoras finas.
- Capacidad intelectual promedio o superior al promedio, a menudo con habilidades avanzadas en áreas de interés específico.
¿Hay una relación entre el autismo y el Síndrome de Asperger?
El Síndrome de Asperger y el autismo no solo están relacionados, sino que son parte del mismo espectro. Hasta la publicación del DSM-5 (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, quinta edición) en 2013, el Síndrome de Asperger se consideraba una condición separada dentro del espectro autista.
Sin embargo, el DSM-5 redefinió el Síndrome de Asperger como parte del trastorno del espectro autista, eliminando el Síndrome de Asperger como diagnóstico distinto y colocándolo bajo el paraguas más amplio del TEA.
Esta redefinición subraya la comprensión de que aunque hay variabilidad en la severidad y las manifestaciones del autismo, las personas con Síndrome de Asperger enfrentan desafíos similares a los de otras personas en el espectro.
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